
De esta manera FELMA hizo denuncia pública del trato que desde el sistema capitalista se hace de los cuerpos de niñas y niños, a los que somete a los deseos de todo aquel que tenga dinero para pagar. Recordamos así, que no todo está en venta, que no todo se puede comprar.
No hace falta ir a Thailandia para explotar a niñas y niños, ya aquí se hace, con la sexualización de sus cuerpos en campañas publicitarias, con la creación de disfraces, ropa o calzado, para recordarle a las niñas la futura mujer/objeto en que se van a convertir. Todo ello gracias a la sociedad que le hace ver, desde el día que nace, que el rosa es su color y que no hay nada mejor que unos tacones…
No miremos para otro lado. En nuestras manos, en tus manos está la defensa de las vidas de lxs niñxs y de su integridad como seres humanos.
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