Este 8 de Marzo, día Internacional de la Mujer Trabajadora, no permitamos que se olvide que el movimiento feminista se moviliza una vez más en todo el mundo para denunciar las violencias y discriminaciones que sufrimos las mujeres en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Desde el feminismo anticapitalista, no nos cansaremos de denunciar la relación directa que existe entre esta opresiones y violencias de las que somos víctimas y el sistema económico y social en el que vivimos.
Estos últimos años vemos con rabia y frustración como el 8M ha pasado a ser más otro día de fiesta y celebración, que un día de lucha y reivindicación. Vemos cómo lo que hace unos años parecía poder convertirse en un día de huelga general feminista e internacionalista, ha quedado en poco más que manifestaciones institucionalizadas y coloristas con proclamas de aspectos poco tangibles, casi abstractos, como son el derecho a la vida y las libertades sexuales, sin reivindicaciones concretas a nuestros dirigentes y acciones contundentes que apoyen dichas reivindicaciones (paros, huelgas, etc).
Este sistema patriarcal y capitalista, poco o nada se ha movido en los últimos años, mas allá de blanqueos de cara y postureo postmoderno.
Decenas de mujeres asesinadas por hombres por el hecho de ser mujeres. Miles de mujeres prostituidas, violadas, apaleadas, amenazadas, por las que muy poco o nada parece que pueda hacer ninguna ley que no venga acompañada por medidas socioeconómicas reales y de una regeneración total y absoluta de los poderes policiales y judiciales.
Mujeres que seguimos precarizadas “ La brecha salarial de género en España es del 28,21%. La desigualdad salarial deja a nuestro país en la bancada, siguiendo el último informe Global Gender Gap 2022. Si la igualdad de hombres y mujeres continúa avanzando a la velocidad actual, tendrían que pasar 132 años para alcanzar la paridad total”.
Vemos cada día cómo las líneas rojas, que hace apenas unos años nos parecían a las feministas de todo el mundo inamovibles, hoy se van disipando dejando la puerta abierta a retrocesos en cuestiones tan serias como el derecho al aborto libre y gratuito (véase el ejemplo de algunos estados USA) así como las repentinas aprobaciones de leyes abortistas en países donde las mujeres empobrecidas carecen de los derechos más básicos, para claramente favorecer a los mercados de vientres de alquiler.
Desde FELMA creemos que hay muy poco que celebrar y mucho por lo que seguir luchando. Entendemos que sin la derrota del sistema patriarcal y capitalista jamás se llegará a la igualdad
Este 8M, a pesar de sentirnos desalentadas, no nos rendimos.
¡Por la igualdad y la justicia social, por una sociedad feminista, anticapitalista e internacionalista!
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