Llamamiento Andalucía Viva
A todas las andaluzas y andaluces de nuestros pueblos, ciudades y comarcas:
Tras casi cuarenta años de la llamada “autonomía”, Andalucía se mantiene a la cola de todas las comunidades del estado español en el nivel de empleo y condiciones de trabajo, renta por habitante o gasto en Sanidad, Educación y Vivienda pública. Nuestra juventud apenas tiene horizontes y muchos de nuestros jóvenes se ven forzados a emigrar como hicieron sus abuelos y abuelas. Nuestro territorio es utilizado para actividades extractivas que deterioran de forma grave el medio ambiente, mientras que el valor añadido se produce lejos de nosotros. También para bases militares y usos que en nada responden a la tradición andaluza de cultura de la paz. La desindustrialización es creciente y la economía gira, cada día más, en torno al turismo, convertido en monocultivo en nuestras ciudades históricas y en la costa; un turismo que deja aquí solo una pequeña parte de los beneficios, en forma de empleos precarizados y salarios de miseria, mientras que pone en peligro nuestro patrimonio natural y cultural y nuestras propias formas de vida. Soportamos la vergüenza de que diez de los quince barrios más pobres del estado español sean barrios nuestros. Nada, o muy poco, se hace para contrarrestar los efectos del cambio climático. Y nuestros mares han sido convertidos, por la criminal política migratoria, en cementerios de esperanzas frustradas.
Nuestra identidad andaluza, enriquecida con las aportaciones de distintas culturas a través de la historia, se degrada y folkloriza al ser desactivadas sus significaciones profundas y su potencial liberador para ser convertida en mercancía.
A pesar de esta situación grave, los problemas de Andalucía (sus «dolores», como los llamaba Blas Infante) están invisibilizados. Y es que Andalucía no existe hoy como sujeto político, a pesar de la profundización en la conciencia nacional que significaron el 4 de diciembre de 1977 y el 28 de febrero de 1980. Nuestro pueblo no se autorreconoce como tal, porque ha sido anestesiado por quienes traicionaron el contenido liberador de aquellas dos fechas y las manipularon para conseguir réditos partidistas o personales.
Un grupo de andaluzas y andaluces, de distintos sectores sociales y procedencias, creemos que ha llegado la hora de decir ¡BASTA YA! a tanta dependencia, tanta degradación y tanta subalternidad. Es tiempo de que construyamos una Andalucía autocentrada, justa y solidaria. Una Andalucía que garantice a todas las personas la posibilidad de vivir dignamente y donde nadie sea considerado extranjero. Una Andalucía donde los valores centrales sean la equidad y la democracia en todas las relaciones sociales, sin clasismo, patriarcalismo, racismo ni discriminaciones de ningún tipo, y en la que no existan viejos ni nuevos caciquismos.
Una Andalucía con profundas raíces que nos permitan volar y con alas abiertas bajo las que encontrar arraigo. Una Andalucía que no se avergüence de sus mejores tradiciones ni permita la manipulación reaccionaria de estas, y que sea, a la vez, vanguardia de la creación artística y científica.
Desde estas premisas y con estos objetivos os llamamos a la construcción de una Andalucía a la vez nueva y orgullosa de su cultura milenaria, no sujeta a dominación interna ni a la de Madrid, Bruselas u otros centros de poder. No encadenada a la partitocracia gestionada por quienes tienen intereses muy alejados de los nuestros. Una Andalucía gobernada por sí misma, sabedora de dónde venimos, quiénes somos y qué queremos llegar a ser. Una Andalucía que se autorreconozca como Pueblo y sea capaz de construirse como tal al servicio de sus necesidades y aspiraciones colectivas y en solidaridad con todos los pueblos del mundo. Y que tenga voz política propia para reivindicar sus derechos, sin aceptar ventrílocuos que hablen por ella cuando en realidad la silencian o desfiguran.
Os llamamos a esta gran tarea de impulsar nuestra reconstrucción como Pueblo. Una tarea por la que lucharon y murieron Blas Infante, Javier Verdejo y Manuel José García Caparrós. La que soñaron Mariana Pineda, Federico, Cernuda, Carlos Cano, Diamantino García y Salvador Távora. La que debe dejar de ser un sueño para irse convirtiendo en realidad. Ello será posible si colectivamente nos lo proponemos. En esta tarea no sobra nadie, a nivel personal ni colectivo, a quien le duela Andalucía y su dramática situación actual y tenga la voluntad de luchar por los legítimos intereses de este Pueblo.
Llamamos a los movimientos sociales y mareas, a los colectivos y asociaciones de defensa de Derechos, a las entidades culturales, a todos los grupos andalucistas y a cuantas andaluzas y andaluces les duela Andalucía a incorporarse a la tarea. Al igual que Blas Infante, no tenemos como objetivo crear un partido sino algo más ambicioso y, a la vez, difícil: ayudar a que el PUEBLO ANDALUZ despierte.
En lo inmediato, llamamos a expresar públicamente esta voluntad de reafirmación como Pueblo el primer domingo de diciembre, en Córdoba, conmemorando el 4-D, Día Nacional de Andalucía, allí donde se publicó, hace cien años, el Manifiesto de la Nacionalidad y surgió el grito de “Viva Andalucía Libre” en una manifestación de trabajadores del campo. También a través de actos y otras actividades en nuestras ciudades y pueblos que activen los objetivos de esta plataforma civil, que tiene aspiraciones de permanencia y de integrar a los andaluces y andaluzas de conciencia dispuestos a la tarea de despertar a Andalucía.
Desde Córdoba para Andalucía, 5 de octubre de 2019.
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