Agencia de vientres de alquiler en Málaga

La tarde del viernes 12 de mayo, 14 personas habían sido invitadas a una charla en un bufete de Málaga para hablar, de «una nueva técnica de reproducción asistida». Un eufemismo para evitar decir que en realidad se trata de un negocio que ya conocemos por el triste nombre de «vientres de alquiler».

Ante este hecho, las mujeres que forman la Red contra el alquiler de vientres de Málaga desean aclarar las siguientes cuestiones:

ES MENTIRA que el alquiler de madres que pretenden legalizar en nuestro país sea una nueva esperanza científica para mujeres y hombres que no puedan engendrar.

ES MENTIRA que las personas y organizaciones que promueven estos actos persigan otro fin que el de ganar dinero aun a costa de pisotear los derechos de las mujeres que tanto esfuerzo, tiempo y vidas nos ha costado alcanzar. Bastaría con eliminar absolutamente hasta la más mínima contraprestación económica para quedarnos sin un solo caso de maternidad sustituta impulsado por estas «agencias».

ES MENTIRA que tengan algún interés ni en las familias ni, por supuesto, en la salud de las mujeres cuyos vientres alquilan y cuyas vidas comprometen en un acto que, de legalizarse, supondría el más claro retroceso de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en este país desde que a aquel ministro reaccionario se le ocurriera unir la protección a la maternidad con la prohibición del aborto.

Y finalmente

ES MENTIRA toda esa felicidad a la carta que prometen quienes defienden esta manera de generar un hijo. Más bien es el comienzo de esa distopía que creíamos imposible: un mundo donde, a cambio de dinero, puedes tener la mujer que te apetece, el hijo que deseas, el riñón que necesitas y -por qué no- aquellos ojos vivos que te gustan.

Nuestro mundo está lleno de niños y niñas que necesitan (ellos, sí) una familia para vivir. Solo el más claro desinterés, el evidente desprendimiento que surge de unos lazos afectivos permite donar vida cuando ponemos la nuestra en peligro. Así han funcionado y funcionan los trasplantes en este país…hasta ahora.

¿Vamos a dejar que en nuestros vientres manden TAMBIÉN el mercado y sus secuaces?

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