Este 25 de agosto, pasado el ecuador de ferias y fiestas del verano, queremos ocupar nuestra cita mensual en denunciar las agresiones machistas que muchos hombres llevan a cabo buscando la protección de la multitud, escondiéndose en el cobarde anonimato del grupo, aprovechando la confluencia de alcohol, música y diversión. Sabemos que no todos los hombres agredan pero seguramente todas las mujeres han sido agredidas alguna vez de una u otra manera (un manoseo, un refregón en el autobús, alguna falta de respeto en forma de piropo hasta llegar en algunos casos a las terribles violaciones) y muchas veces sucede precisamente cuando más relajadas y tranquilas deberían sentirse. Porque las fiestas son para disfrutarlas, todas y todos. Y porque la culpa de que haya agresiones y violaciones no la tiene la chica, ni su ropa (o falta de ella), ni la noche, ni la feria. La culpa de que haya agresiones la tiene el agresor. Ese que se cree autorizado a tocar culos, soplar improperios en la nuca e insistir cada vez más cerca ante la negativa de una mujer. No hablamos de los hombres en general y ninguno que se comporte como tal debería darse por aludido, de la misma manera que cuando denunciamos las agresiones racistas u homófobas no atacamos a todas las personas blancas o hetero.
Denunciamos también esta sociedad capitalista y patriarcal que fomenta la cultura de la violación arropando a agresores que enseñan a forzar a las mujeres en carísimos cursos, inconcebibles en una sociedad igualitaria; que naturalizan el consentimiento de la mujer en sus relaciones sexuales como si esa fuera su misión en la vida: tolerar, permitir, consentir el uso y disfrute de ellos, divulgando canciones y apoyando locales de ocio donde el cuerpo de la mujer se cosifica con el único fin de servir de diversión para el hombre.
Las instituciones quieren hacernos creer que les importamos, lanzan campañas para cubrirse las espaldas, pero al mismo tiempo no desaprovechan la ocasión de culpar a la mujer por salir sola y no protegerse lo suficiente. No habría protocolo feminista en las ferias si un grupo de mujeres no decidiera unirse en brigadas moradas para ayudar e informar a las jóvenes.
Porque el problema de las violaciones en los grandes eventos no disminuye, disminuyen las denuncias ante los lamentables casos de escarnio público, acusaciones de denuncias falsas, intimidaciones, miedo y vergüenza a que se ven abocadas muchas de las mujeres que sufren abusos simplemente porque son mujeres y muchos todavía piensan que eso basta para hacer con ellas lo que les apetezca.
Con la encuesta que este jueves, 25 de agosto, queremos hacer a mujeres transeúntes, pretendemos visibilizar esta violencia, concienciar de la importancia de denunciarla y combatirla y animar a todas las personas no agresoras a luchar juntas y juntos por el derecho a vivir una vida libre de violencia de toda mujer.
Esperamos verte en la plaza de la Constitución sobre las 20:00 h., y que compartas este evento entre todas tus amistades. Tu opinión cuenta y mucho.
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