Ayer, tarde/noche una compañera sufrió una agresión de camino a casa. Estaba ya oscuro, mala iluminación, las calles estaban solas… El pensamiento que tuvo ella fue automático, el mismo de millones de mujeres en el mundo: «me van a violar». Pánico, miedo, intentar defenderse mientras atenazan su cuello, sin poder respirar.
Quedó en un susto terrible (volvió el resto del camino a casa volando, pies para que os quiero), un tirón en el cuello y la sensación de que faltaba el aire.
Al día siguiente, mientras me lo contaba, la escuché decir: «no me tendría que haber revuelto así, creo que he sido muy imprudente», «no tendría que haber llevado los cascos escuchando música», «tampoco era tan tarde», «es mejor que vaya por la calle paralela, aunque sea más largo, por allí pasan personas y coches»…
Seguro que hoy ha tenido que escuchar: «¿Resistirte? No lo hagas que es peor», «¿qué hace a esas horas una mujer sola por la calle?», «no los vistes venir, no los escuchaste llegar por que no ibas atenta.»…
Yo también le he dicho frases del tipo: «tendrías que volver a casa en coche», «esas calles están muy oscuras», «no tendrías que volver sola»…. Y lo siento.
Estas son las frases que llevamos TODAS las mujeres del mundo grabadas a fuego en nuestro interior, en nuestro ser más profundo. Grabadas para que las tengamos presentes todo el tiempo. Así estamos alerta y «cuidaremos» de nosotras. Hayamos sufrido o no, una agresión alguna vez, tenemos miedo cuando andamos solas por algunas calles, algunas horas.
Un hombre hubiera pensado que le estaban robando, no que estaba en peligro su persona. ¿Alguno habrá tenido miedo de que una mujer le siga en su camino de vuelta a casa? Es impensable para un hombre.
¿Todavía hay alguien que crea que las mujeres somos las que hemos de tener cuidado? ¿Aún hay personas que creen que somos nosotras las que hemos de tomar precauciones? Nos han educado en el miedo a la violación, de forma que se pone el foco de atención en las mujeres, en vez de educarles a ellos para no violar.
Esta es una muestra más de que mi cuerpo no es mío, no quieren que sea mío. Mío para pasear cuando quiera por donde quiera y con quien quiera.
Pues sí, ¡¡¡ TOMEMOS PRECAUCIONES!!! Empoderadas y seguras andando por la calle. En lugar del miedo que paraliza, seguras para defendernos si hace falta. Un agresor lo último que espera es que una mujer se resista y se defienda. Porque desde luego estamos hartas de ver en películas, leer en libros acerca de agresiones a mujeres, historias con las que nos inoculan el miedo y nos dejan paralizadas. ¿Cuántas mujeres hemos visto poderosas y defendiéndose? Aquí os dejo algunas. Espero que las disfrutéis.
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