Un matrimonio mal avenido: hacia una unión más progresiva entre marxismo y feminismo

Heidi Hartmann es una economista feminista fundadora y presidenta de la sede en Washington Instituto de Investigación de Políticas de la Mujer (IWPR), una organización de investigación centrada en las mujeres y en la investigación de políticas públicas. Experta en la intersección de las mujeres, la economía y las políticas públicas. También es profesora investigadora en la Universidad George Washington y editora de la Revista de la Mujer, Política y Política.

Os dejamos aquí un interesante artículo de Heidi Hartmann publicado en PAPERS DE LA FUNDACIÓ/88

 

 

Este artículo defiende la tesis de que la relación entre marxismo y feminismo ha sido siempre desigual en todas las formas que ha tomado hasta ahora. Aunque tanto el método marxista como el análisis feminista son necesarios para comprender las sociedades capitalistas y la posición de la mujer dentro de éstas, de hecho el feminismo ha sido constantemente subordinado. Este artículo pone en tela de juicio la labor tanto del marxismo como del feminismo radical en torno a la “cuestión de la mujer” y mantiene que lo que hay que analizar es la combinación de patriarcado y capitalismo. Espero que éste sea un artículo que suscite grandes polémicas.

El “matrimonio” entre marxismo y feminismo ha sido como el matrimonio según el derecho consuetudinario inglés: marxismo y feminismo son una sola cosa, y esta cosa es el marxismo1. Los recientes intentos de integrar marxismo y feminismo son insatisfactorios para nosotras como feministas porque en ellos la lucha feminista queda subsumida en la lucha “más amplia” contra el capital. Prosiguiendo con nuestro símil, es preciso un matrimonio más saludable o el divorcio.

Las desigualdades en este matrimonio, como en la mayoría de los fenómenos sociales, no son accidentales. Muchos marxistas suelen afirmar que, en el mejor de los casos, el feminismo es menos importante que la lucha de clases y que, en el peor, divide a la clase obrera. Esta postura política da lugar a un análisis en el que el feminismo se absorbe en la lucha de clases. Además, el poder analítico del marxismo con respecto al capital ha hecho que pasaran inadvertidas sus limitaciones con respecto al sexismo. Aquí mantendremos que si bien el análisis marxista aporta una visión esencial de la leyes del desarrollo histórico, y de las del capital en particular, las categorías del marxismo son ciegas al sexo. Sólo un análisis específicamente feminista revela el carácter sistemático de las relaciones entre hombre y mujer. Sin embargo, el análisis feminista por sí solo es insuficiente, ya que es ciego a la historia y no es lo bastante materialista. Hay que recurrir tanto al análisis marxista, y en particular a su método histórico y materialista, como al análisis feminista, y en especial a la identificación del patriarcado como estructura social e histórica, si se quiere entender el desarrollo de las sociedades capitalistas occidentales y la difícil situación de la mujer dentro de ellas. En este ensayo proponemos una nueva orientación para el análisis feminista marxista…

Ver artículo completo aquí.

 

 

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